Durante el período colonial la literatura hispanoamericana fue un apéndice de la literatura española. A comienzos del XIX –con los movimientos de independencia- se cultivaron los temas patrióticos y, tras la consolidación nacional, experimentó un gran
auge que alcanzó la madurez a partir de 1910. La Revolución Mexicana (1910) marca la fecha en que los autores latinoamericanos comienzan a tratar temas universales –cada vez con mayor profusión- hasta conseguir una producción literaria admirada internacionalmente.
1ª ETAPA (hasta 1940 aproximadamente)
De técnicas realistas, clara heredera del siglo XIX en lo formal, sí renueva sus temas al reflejar asuntos relevantes de la realidad del continente (naturaleza americana, denuncia de la injusticia social, acontecimientos históricos, problemas del hombre de la ciudad). Se pueden apreciar tres tendencias fundamentales:
a) La novela de la tierra: Describe la naturaleza americana en toda su grandiosidad, que hace sucumbir al ser humano que se enfrenta a ella: Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos o La vorágine, de Rivera son dos buenos ejemplos.
b) La novela indigenista: Pretende ser un género de testimonio y denuncia de la opresión en que vive la población indígena y mestiza. Como en la novela El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría.
c) Novela de la Revolución mexicana: presenta tanto los hechos revolucionarios como las reflexiones de los mexicanos sobre su identidad y su cultura. Por ejemplo en: Los de abajo, de Mariano Azuela.
2ª ETAPA: EL REALISMO MÁGICO
A partir de los años 40 se utiliza este sintagma (y también “lo real maravilloso”, denominación preferida por el autor cubano Alejo Carpentier) para designar la emergente literatura hispanoamericana que se centraba en las peculiaridades del continente, en su mestizaje cultural: en la adaptación de la tradición literaria europea y norteamericana a la cultura autóctona.
Las innovaciones más importantes fueron la utilización de distintos puntos de vista narrativos, el empleo de mitos clásicos y modernos y el uso de técnicas cinematográficas. A esto se une la influencia de las vanguardias (el surrealismo y su fusión del mundo real y el onírico) y a las innovaciones técnicas de los grandes renovadores de la novela contemporánea, como Faulkner, Joyce, Proust o Dos Passos.
Se incorporan elementos míticos, legendarios y mágicos de las tradiciones indígenas al plano real de la historia narrada.
auge que alcanzó la madurez a partir de 1910. La Revolución Mexicana (1910) marca la fecha en que los autores latinoamericanos comienzan a tratar temas universales –cada vez con mayor profusión- hasta conseguir una producción literaria admirada internacionalmente.
1ª ETAPA (hasta 1940 aproximadamente)
De técnicas realistas, clara heredera del siglo XIX en lo formal, sí renueva sus temas al reflejar asuntos relevantes de la realidad del continente (naturaleza americana, denuncia de la injusticia social, acontecimientos históricos, problemas del hombre de la ciudad). Se pueden apreciar tres tendencias fundamentales:
a) La novela de la tierra: Describe la naturaleza americana en toda su grandiosidad, que hace sucumbir al ser humano que se enfrenta a ella: Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos o La vorágine, de Rivera son dos buenos ejemplos.
b) La novela indigenista: Pretende ser un género de testimonio y denuncia de la opresión en que vive la población indígena y mestiza. Como en la novela El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría.
c) Novela de la Revolución mexicana: presenta tanto los hechos revolucionarios como las reflexiones de los mexicanos sobre su identidad y su cultura. Por ejemplo en: Los de abajo, de Mariano Azuela.
2ª ETAPA: EL REALISMO MÁGICO
A partir de los años 40 se utiliza este sintagma (y también “lo real maravilloso”, denominación preferida por el autor cubano Alejo Carpentier) para designar la emergente literatura hispanoamericana que se centraba en las peculiaridades del continente, en su mestizaje cultural: en la adaptación de la tradición literaria europea y norteamericana a la cultura autóctona.
Las innovaciones más importantes fueron la utilización de distintos puntos de vista narrativos, el empleo de mitos clásicos y modernos y el uso de técnicas cinematográficas. A esto se une la influencia de las vanguardias (el surrealismo y su fusión del mundo real y el onírico) y a las innovaciones técnicas de los grandes renovadores de la novela contemporánea, como Faulkner, Joyce, Proust o Dos Passos.
Se incorporan elementos míticos, legendarios y mágicos de las tradiciones indígenas al plano real de la historia narrada.
Autores y novelas destacables son: Miguel Ángel Asturias (El Papa verde) y Alejo Carpentier (Los pasos perdidos).
3ª ETAPA: EL ‘BOOM’ HISPANOAMERICANO
Producido en los años 60, es un fenómeno literario y sociológico. Se integran las influencias asimiladas como el realismo mágico, el mundo de lo mítico, lo onírico, el surrealismo, la denuncia social, las innovaciones técnicas y la recuperación de formas tradicionales de narrar. Se empieza a difundir mundialmente la narrativa hispanoamericana gracias a la labor editorial de empresas españolas (especialmente la editorial Seix Barral, de Barcelona).
Producido en los años 60, es un fenómeno literario y sociológico. Se integran las influencias asimiladas como el realismo mágico, el mundo de lo mítico, lo onírico, el surrealismo, la denuncia social, las innovaciones técnicas y la recuperación de formas tradicionales de narrar. Se empieza a difundir mundialmente la narrativa hispanoamericana gracias a la labor editorial de empresas españolas (especialmente la editorial Seix Barral, de Barcelona).
Entre otros, novelas y autores importantes son: Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros), Gabriel García Márquez (Cien años de soledad), Juan Carlos Onetti (El astillero) y Julio Cortázar (Rayuela); los dos primeros galardonados con el premio nobel de literatura.
4ª ETAPA: LA NOVELA MÁS RECIENTE
A partir de los años setenta continúan publicando autores ya consagrados, a los que se unen otros que no habían alcanzado la difusión de los autores relacionados con el ‘boom’. La narrativa de estos años reduce la complejidad técnica de obras anteriores para crear una novela a la que el lector pueda acceder más fácilmente, aunque esto no suponga un abandono total de la experimentación. Prevalece la narración realista que incluye, a menudo, el habla coloquial, aunque sin renunciar en algunos casos al realismo mágico.
4ª ETAPA: LA NOVELA MÁS RECIENTE
A partir de los años setenta continúan publicando autores ya consagrados, a los que se unen otros que no habían alcanzado la difusión de los autores relacionados con el ‘boom’. La narrativa de estos años reduce la complejidad técnica de obras anteriores para crear una novela a la que el lector pueda acceder más fácilmente, aunque esto no suponga un abandono total de la experimentación. Prevalece la narración realista que incluye, a menudo, el habla coloquial, aunque sin renunciar en algunos casos al realismo mágico.
Entre otros muchos, algunos autores y obras: Manuel Puig (El beso de la mujer araña), Alfredo Bryce Echenique (Un mundo para Julius), Isabel Allende (La casa de los espíritus), Laura Esquivel (Como agua para chocolate), Antonio Skármeta (El cartero de Neruda), Roberto Bolaño (2666)...
EL CUENTO: A partir de 1920 comienza una fecunda tradición de narrativa breve en los países hispanoamericanos, debido a la influencia de las vanguardias europeas, del Modernismo (que lo utilizó como cauce expresivo), unidos a la tradición anglosajona de cuentos fantásticos, a la particular situación social y política del continente y al redescubrimiento de las tradiciones culturales.
Horacio Quiroga es el fundador del cuento actual por los temas que trata y por la meticulosa construcción de la trama. Se convierte el cuento hispanoamericano en el nexo entre los movimientos de vanguardia y el ‘boom’ hispanoamericano porque los narradores en los años 30 incorporan innovaciones técnicas que recogerá después la novela. Sus características son las mismas que las del cuento europeo: brevedad, rígida estructura, habituales finales sorprendentes y trama única. Se aprecian tres tendencias: cuento realista (como algunos de Juan Rulfo y de Mario Benedetti), cuento mítico o fantástico(cultivado por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares), de realismo mágico (son excelentes los de Gabriel García Márquez y Julio Cortázar). A partir de la decadencia del ‘boom’, es característico el abundante cultivo del microrrelato, cuyo maestro es Augusto Monterroso.
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