La novela

El género narrativo es una evolución del modo épico, establecido por Aristóteles en su Poética. En la épica clásica el poeta narra las acciones gloriosas de un héroe inalterable, y en ella asistimos a "perturbaciones, revoluciones y reconocimientos". La narración moderna, en cambio, cuenta las peripecias de unos personajes cuyas cualidades o circunstancias se ven modificadas en el transcurso de la acción…


La novela constituye el principal subgénero narrativo de la época contemporánea y podemos definirla como un relato en prosa, de variable extensión en el cual, a diferencia de lo que ocurre en el cuento, no sólo interesa lo que sucede a los personajes en un determinado momento sino también cómo evolucionan y en qué ambientes se desarrolla la acción (o argumento o intriga), la cual suele ser bastante compleja. Es un género en permanente evolución desde que fuera consagrado por El Quijote de Cervantes. Sus principales componentes son:

1. Narrador. Es una figura central del relato, dado que es la voz que cuenta. Puede ceder la palabra a los personajes para que intervengan en diálogos o monólogos… (No debemos confundir narrador con autor, persona real externa al texto.)

2. Narratario. Es el receptor al que se dirige el narrador dentro de la obra. Se trata, pues, del destinatario del mensaje narrativo, aunque no siempre se encuentra formalmente representado en él. A veces sí: «querido lector», «tú», «Pues sepa, vuestra merced...».

3. Punto de vista o focalización. Cuando un autor comienza a escribir, debe optar por un determinado punto de vista o foco: tiene que decidir quién cuenta la historia y, por tanto, en qué persona gramatical, cuánto sabe el narrador de sus personajes, etc. (Véase entrada de este blog: "Sobre los elementos de una novela").
Se dan tres tipos básicos de focalización:

a) Narrador omnisciente (focalización cero). Se expresa en tercera persona. Lo sabe todo, hasta lo más íntimo de cada personaje. Ocupa un plano superior.
b) Narrador testigo (focalización externa). También en tercera persona, el narrador se comportacomo una cámara de vídeo. Describe lo que ve, sin interferir en la marcha de los acontecimientos.
c) Personaje narrador (focalización interna). Un personaje se constituye en narrador. Se emplea la primera persona gramatical. La obra toma un aspecto autobiográfico y subjetivo; supone un punto de enfoque personal acerca de la realidad. La focalización interna puede ser única o múltiple (si varios personajes se van alternando en el «yo» narrador).


4. Acontecimiento y trama. Los acontecimientos son los sucesos o hechos presentes en el relato y que, organizados por el autor, forman la trama de la obra, su argumento. Conviene distinguir entre acontecimientos dominantes y secundarios. La estructura externa de la obra dependerá de cómo queden estos organizados:
a) Si se gradúan progresivamente y la trama está claramente ordenada con un principio, un desarrollo y un fin (presentación, nudo, desenlace), se hablará de estructura lineal y cerrada.
b) Si los episodios se suceden acumulándose, sin seguir la línea del tiempo ni la gradación de acciones, estaremos ante una estructura no lineal o abierta, que a su vez puede presentar distintas formas (tema con variaciones, estructura circular, etc.).

5. Personajes. La acción narrativa se desarrolla gracias a la existencia de unos personajes, que son los que intervienen en la acción del relato.
a) El más importante es el protagonista, por ser el que soporta o ejecuta la función principal. Se le reconoce porque predomina cuantitativa y cualitativamente; tiene rasgos específicos: nombre propio y personalidad bien definida. Es el héroe o el antihéroe del relato.
b) Hay obras de protagonista colectivo, en las que participan muchos personajes sin que ninguno destaque sobre los demás.
c) Debemos distinguir entre personajes actantes, importantes dentro del desarrollo temático, y personajes fugaces, cuyas acciones no modifican el desarrollo argumental.
d) Atendiendo a su caracterización, los personajes pueden ser arquetípicos (retratados con pocos rasgos, pero que constituyen un prototipo y que se mantienen siempre conforme a su modelo: el héroe, la dama, el traidor, etc.) o modelados psicológicamente, descritos con múltiples rasgos que configuran una personalidad compleja.



6. El tiempo hay que considerarlo en dos planos. El tiempo externo coincide con el tiempo real objetivo que se indique en el relato; puede medirse en unidades cronológicas concretas (horas, días...) y permite medir la duración de la acción. El tiempo interno regula el ritmo narrativo. Se habla de cinco posibilidades:
a) La elipsis es el silenciamiento de cierta información sobre la historia, que no pasa al relato. Puede ser determinada (bajo fórmulas del tipo “Tres años más tarde...”) o indeterminada (“Algún tiempo después…”).
b) El sumario resumen sí pasa al relato, aunque condensado. Es un factor de economía narrativa.
c) El tiempoescena presenta los hechos en su duración real. Se da, sobre todo, en los diálogos y en el monólogo interior.
d) La pausa es un procedimiento para ralentizar el ritmo del relato. Es lo que ocurre con las descripciones.
e) La digresión narrativa supone una parada de la acción para introducir una reflexión.


7. El espacio es el medio en el que se desarrollan los acontecimientos y viven los personajes. Puede ser objetivo (mundo exterior, paisajes reales) o subjetivo (impresión que tiene el personaje de la realidad). Sirve, a veces, para comprender a los personajes, como contrapunto a su estado anímico.


(Fotos de Chema Madoz)

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