Teatro hasta 1939

TENDENCIAS Y AUTORES DEL TEATRO EN ESPAÑA EN EL SIGLO XX (HASTA 1939)

El teatro, a comienzos del siglo XX, fue uno de los entretenimientos más del agrado de la burguesía española. Es un teatro pensado para agradar a un público conservador, poco partidario de vanguardias estéticas o innovaciones creativas. Por ello, se ancla en la repetición de las mismas fórmulas…

Se da un teatro poético, de inspiración modernista y temas románticos e históricos, cuyas obras más destacadas son: En Flandes se ha puesto el sol, de Eduardo Marquina; Abén Humeya, de Francisco Villaespesa; y La Lola se va a los puertos, de los hermanos Machado; un teatro que combina diálogos cómicos y números musicales: opereta, vodevil, teatro de revista…; y una comedia costumbrista, cuyo ejemplo más destacado es el sainete de Carlos Arniches, (autor, además, de la excelente tragedia grotesca La señorita de Trevélez); elastracán de Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo); o los graciosos diálogos, que ofrecen una imagen estereotipada de Andalucía, de los hermanos Álvarez Quintero (Mariquilla Terremoto).

Mención especial merece la obra de Jacinto Benavente, que supo reflejar muy bien las relaciones personales y sociales en las ambientes burgueses, y que compuso una obra muy original, Los intereses creados, que incluía personajes de la comedia de’ll arte italiana. A Jacinto Benavente le fue entregado el Premio Nobel de Literatura en 1922.

EL TEATRO EN LA GENERACIÓN DEL 98

Al margen de pretensiones comerciales, Unamuno, Azorín o Jacinto Grau, pretenden hacer un teatro que sea un cauce para la expresión de sus preocupaciones religiosas o existenciales, un teatro intelectual y complejo, que enlaza con las tendencias filosóficas de la época.

Pero, sin duda, el más destacado autor teatral de su generación es Valle Inclán.

La producción literaria de Ramón Mª del Valle Inclán es muy variada. Incluye: artículos en prensa, novelas, cuentos, poesía y teatro. En todos esos géneros que cultiva se observa una evolución paralela al cambio ideológico por el que pasa de un Modernismo elegante y nostálgico a una literatura crítica, basada en una feroz distorsión de la realidad ( "El esperpento", a partir de 1920 ).

Su obra teatral suele agruparse en tres ciclos:

 A) EL MITO: La acción transcurre en una Galicia mítica, intemporal: Comedias bárbarasDivinas palabras.
B) LA FARSA: Obras situadas en un espacio más 'ridículo', propio del siglo XVIII: jardines, rosas, cisnes: La marquesa RosalindaFarsa y licencia de la reina castiza.
C) EL ESPERPENTO: Luces de Bohemia, (1920) y la trilogía "Martes de carnaval" (Los cuernos de don Friolera, 1921; Las galas del difunto, 1926; La hija del capitán", 1927).

EL ESPERPENTO es una modalidad teatral creada por Valle Inclán en su intento de representar la realidad española tal cual es, en su opinión: ridícula, deformada y grotesca (como reflejada en un espejo cóncavo).  Luces de bohemia inicia la técnica del esperpento, y cuenta el (último) viaje del poeta ciego Max Estrella y su cínico lazarillo Latino de Hispalis a lo largo de una noche de Madrid. En el camino visitan una librería de viejo, una taberna, la cárcel, los callejones de las prostitutas, una buñolería, la redacción de un periódico y hasta la sede del ministro de la gobernación… Aunque la obra contiene muchas situaciones trágicas (tragedias personales y sociales), no puede considerarse una tragedia: valga como ejemplo su “esperpéntico” final, en el que un absurdo personaje viene a poner en duda la muerte del protagonista, buen ejemplo de “antihéroe”… Valle Inclán combina personajes reales y de ficción, algunos animalizados o convertidos en meros fantoches…, combina lenguaje culto y jerga madrileña… Sus acotaciones son de una altísima calidad literaria.


EL TEATRO EN LA GENERACIÓN DEL 27

Aunque la mayor parte de la producción literaria de los autores de la Generación del 27 es lírica, varios componentes de la misma se vieron tentados por el teatro. Son interesantes las obras escritas por Pedro Salinas (El dictador), Rafael Alberti (Noche de guerra en el Museo del Prado) y Alejandro Casona (La dama del alba). Por encima de todos ellos está la obra de Lorca.

La obra dramática de Federico García Lorca puede agruparse en tres grandes bloques:

PRIMERAS PIEZAS TEATRALES

En 1920 estrena El maleficio de la mariposa, obra de influencia modernista sobre el amor entre una cucaracha y una linda mariposa, que inaugura ya el tema fundamental de la dramaturgia lorquiana: la insatisfacción amorosa. El estreno fue un fracaso del que Lorca se resarció pronto con Mariana Pineda, drama histórico basado en la heroína ajusticiada por Fernando VII en Granada por haber bordado una bandera liberal. A estas dos obras se unen las farsas trágicas sobre amores desgraciados: La zapatera prodigiosa y Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. En esta primera época también compone varias piezas breves de teatro de marionetas, los llamados “títeres de la cachiporra"; en ellos desarrolla otro de los temas nucleares de su dramaturgia: el conflicto autoridad/libertad.

TEATRO VANGUARDISTA

Lorca llamó “comedias imposibles” a las creadas bajo el influjo surrealista. La técnica surrealista le permite explorar en los instintos ocultos del hombre. Así en El público, Lorca defiende el amor como un instinto ajeno a la voluntad, que se manifiesta de formas muy diversas, entre ellas, la homosexual; y critica a una sociedad que condena a todo el que es diferente.

ETAPA DE PLENITUD

Lorca escribe durante los años treinta obras teatrales que sí alcanzan el éxito comercial: Bodas de sangreYermaDoña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores y La casa de Bernarda Alba. Todas ellas tienen en común el protagonismo de las mujeres, cuya situación de marginación social es tema común en las cuatro.

Bodas de sangre y Yerma son dos tragedias de aire clásico, en las que Lorca mezcla la prosa y el verso, utiliza coros como en la tragedia griega para comentar la acción, maneja elementos simbólicos y alegóricos... En Bodas de sangre (una novia huye con su antiguo novio el día de su boda) aparecen temas habituales en Lorca (el amor, la violencia, la muerte, las normas sociales que reprimen los instintos). Yerma aborda otros temas muy lorquianos: la esterilidad, la opresión de la mujer, el anhelo de realización que choca con la moral tradicional...

Doña Rosita la soltera es un drama urbano, también en prosa y verso -aunque aquí el verso sirve para satirizar y parodiar-, que trata de las señoritas solteras de provincias condenadas a esperar inútilmente el amor en un medio burgués mediocre que ahoga sus deseos de felicidad; el drama de "la cursilería española, de la mojigatería española" como señala el propio Lorca.

La casa de Bernarda Alba es un apasionado alegato contra el autoritarismo familiar que encarna la figura de Bernarda Alba  y que desemboca en muerte y dolor.

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